martes, 3 de marzo de 2009

Hábitos de consumo no saludables en los adolescentes

En el curso 2005-2006 realizamos un proyecto de innovación educativa en el IES “Virrey Morcillo” llamado “Publicidad y Consumo Responsable” en el cual, entre otras actividades, pasamos unas encuestas a todos los a alumnos del centro con resultados muy interesantes en referencia a sus hábitos como consumidores. Entre dichos resultados obtuvimos los siguientes:
- A la pregunta “¿Tienes televisor en tu habitación?” un 40% de los alumnos respondieron que sí. Esto denota que no hay control en muchos casos sobre los contenidos que ven en televisión los adolescentes. Hay que tener en cuenta que son personas que por su edad son especialmente sensibles a la violencia o al sexo.
- “¿Cuánto tiempo diario dedicas a ver la televisión?”. Tabulando las respuestas llegamos a la conclusión de que aproximadamente el 70% de los alumnos veían la televisión de 1,5 a 4 horas diarias. La media salía de 2 horas y media. Además hay un dato escalofriante: ¡un 17,5 % de los alumnos de dicho centro veían la tele 4 horas o más al día!
- A la pregunta “¿Tienes Internet en casa?” un 44% de los alumnos respondieron que sí. Esto nos indica que este medio de comunicación tiene una gran influencia en los alumnos y habría que ver hasta qué punto están controlados por los padres los contenidos que ven los alumnos por medio del ordenador.
- También considero especialmente destacable el hecho de que un 20% de los encuestados contestaron que NO a la pregunta “¿Desayunas antes de ir a clase?”. Habría que recordar que los médicos dicen que el desayuno, si se hace adecuadamente, mejora el rendimiento en el colegio o el instituto. Pero además, los médicos lo consideran la comida principal del día y, por supuesto, imprescindible.
Todos estos resultados, que por cierto hicimos públicos por medio de unos folletos que se repartieron a las familias del centro, nos revelan que hay muchos hábitos nada saludables, tanto desde el punto de vista alimenticio, como de desarrollo físico, intelectual, incluso afectivo me atrevería a decir. Los centros públicos educativos tienen una importante labor al respecto, pero sería mucho más fácil si los medios de comunicación y la sociedad en general ayudaran a concienciarse de que estos hábitos hay que cambiarlos.

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